Las suelas de los zapatos Chameleon cambian de color en reacción a la luz solar o ultravioleta. En ausencia de luz, la suela vuelve a su color original. Esta característica despierta la curiosidad de los niños pequeños, les ayuda a sentirse más cómodos con sus zapatos y les motiva a gatear o caminar entre lugares soleados y sombríos.
Una investigación publicada por neurocientíficos del Sistema Nacional de Salud Infantil de EE.UU. afirma que «la estimulación visual fomenta la inteligencia y el desarrollo cognitivo de los bebés que aún no hablan a los que son curiosos y observadores».
El pigmento fotocrómico, que responde a la luz, figura como ingrediente cosmético en el Diccionario Internacional de Ingredientes Cosméticos (ICID). También ha superado varias pruebas para su certificación. Estas rigurosas normas de seguridad confirman la inocuidad de esta sustancia para los niños.